
Basada en escritos de Leo Buscaglia
Tenemos miedo de olvidar porque creemos que esto implica que debemos borrar del pizarrón todo lo malo, condonando la maldad y aceptando la responsabilidad de la acción malvada de la otra persona. Resentimos el hecho de vernos obligados a perdonar sin algún acto de arrepentimiento o de penitencia de parte del ofensor.
Pero el olvido no implica que condonemos la maldad. Sugiere que la acción pertenece al pasado y que en bien del futuro debe librarse a fin de que podamos seguir viviendo.... Con demasiada frecuencia el proceso de recordar el pasado a fin de enfrentarnos mejor al presente y al futuro es una pérdida de tiempo y no sirve a ningún propósito. No llega a ser otra cosa que darle vueltas a la maldad y revivirla en gran parte, esto parece servir para incrementar nuestro malestar, ponernos en guardia, reforzar nuestros sentimientos de cólera y resentimiento y despertar nuestras sospechas. A menos que seamos capaces de olvidar el pasado, jamás nos liberaremos de su poder para despertar el odio y el dolor.
Estamos comprometidos por siempre en un proceso improductivo e interminable. Es bien sabido que el amor no lleva un registro de todo lo malo, entonces lo que necesitamos es aprender de lo malo y después, al volvernos más sabios, olvidarnos de ello y avanzar hacia nuestro mañana.Como lo expresa: David Augsburger: perdón es dejar que lo que fue, se haya ido, lo que será, llegue; que lo que ahora es, sea.